EUROPA
PRESS
6
septiembre 2022
Recomiendan que el etiquetado de los
alimentos también indique su grado de procesamiento
Los alimentos no sólo se caracterizan por su composición
nutricional, sino también por el grado de procesamiento, que es crucial para
determinar el potencial sanitario general de los alimentos. Por ello, su
indicación en las etiquetas ayudaría a los consumidores a elegir con mayor
conocimiento, según un nuevo estudio publicado en el 'British
Medical Journal'.
El estudio italiano realizado por el Departamento de
Epidemiología y Prevención del I.R.C.C.S. Neuromed de Pozzilli en
colaboración con la Universidad de Insubria de Varese
y Como, la Universidad de Catania y el Cardiocentro
Mediterráneo de Nápoles, investigó qué aspecto de la nutrición define mejor el
riesgo de mortalidad.
Los investigadores siguieron durante 12 años a más de 22 mil
personas participantes en el Estudio Moli-sani, controlando su estado de salud y asociándolo a los
hábitos alimentarios, teniendo en cuenta tanto la composición nutricional de la
dieta como el grado de elaboración de los alimentos.
"Nuestros resultados confirman que el consumo tanto de
alimentos pobres en nutrientes como de alimentos ultraprocesados
aumenta de forma independiente el riesgo de mortalidad, en particular por
enfermedades cardiovasculares --destaca afirma Marialaura
Bonaccio, epidemióloga del Departamento de
Epidemiología y Prevención del IRCCS Neuromed de Pozzilli y primera autora del estudio--. Sin embargo,
cuando se tuvo en cuenta de forma conjunta tanto la composición nutricional
global de la dieta como su grado de procesamiento, resultó que este último
aspecto era primordial para definir el riesgo de mortalidad".
"De hecho --prosigue--, más del 80% de los alimentos
clasificados como poco saludables por la Nutri-Score son también ultraprocesados.
Esto sugiere que el mayor riesgo de mortalidad no se debe directamente (o
exclusivamente) a la mala calidad nutricional de algunos productos, sino al
hecho de que estos alimentos son en su mayoría ultraprocesados".
"Se calcula que una de cada cinco muertes en el mundo
se debe a dietas poco saludables, lo que supone un total de 11 millones de
muertes al año --recuerda Augusto Di Castelnuovo, investigador del Cardiocentro Mediterráneo de Nápoles--. Por eso, mejorar
los hábitos alimentarios es una de las prioridades de los organismos de salud
pública y de los gobiernos de todo el mundo".
Una propuesta para ayudar a la gente a elegir alimentos más
saludables es utilizar un sistema de etiquetado en la parte delantera del
envase de los productos comerciales. Las etiquetas en la parte delantera del
envase, que ya se utilizan de forma voluntaria en algunos países europeos, como
Francia y España, están siendo examinadas por la Comisión Europea con el fin de
adoptar un sistema de etiquetado nutricional armonizado y obligatorio en todos
los Estados miembros.
El sistema Nutri-Score, desarrollado en Francia, es uno de los favoritos.
Este sistema muestra la calidad nutricional de un alimento (sobre la base, por
ejemplo, del contenido de grasa, sal, fibra, etc.) mediante una escala de cinco
colores (del verde oscuro al naranja oscuro) asociada a letras, de la A a la E.
Pero la composición nutricional no es el único factor a
tener en cuenta a la hora de analizar la relación entre la dieta y la salud. La
clasificación NOVA, en particular, en lugar de evaluar un alimento en función
de sus características nutricionales, se fija más bien en el grado de
transformación de ese producto, sobre todo a nivel industrial.
NOVA identifica específicamente los denominados alimentos ultraprocesados, es decir, aquellos alimentos elaborados en
parte o en su totalidad con sustancias que no se utilizan habitualmente en la
cocina (proteínas hidrolizadas, maltodextrinas,
grasas hidrogenadas, etc.) y que suelen contener diversos aditivos, como
colorantes, conservantes, antioxidantes, antiaglomerantes, potenciadores del
sabor y edulcorantes.
Esta categoría incluye los sospechosos habituales: bebidas
azucaradas y carbonatadas, productos de panadería preenvasados y productos para
untar. Pero también los productos aparentemente inocentes deben considerarse ultraprocesados. Es el caso de los biscotes,
algunos cereales de desayuno, las galletas y los yogures de frutas.
Según el sistema NOVA, propuesto hace una década por un
equipo de investigadores brasileños, una loncha de carne sin procesar es más
saludable que una hamburguesa vegana, simplemente
porque la primera no ha sido sometida a manipulación industrial y posiblemente
no contiene aditivos alimentarios, mientras que la segunda es el resultado de
un procesamiento industrial articulado al final del cual el porcentaje de
alimento entero es insignificante.
"El objetivo de ayudar a la gente a elegir alimentos
más sanos es sin duda una prioridad ---comenta Licia Iacoviello, Directora del Departamento y Profesora de
Higiene de la Universidad de Insubria en Varese y
Como--. Sin embargo, el Nutri-Score,
así como otros sistemas de etiquetado, desarrollados en Italia y en otros
países, sólo transmiten parcialmente el mensaje destinado a mejorar la elección
de alimentos".
Según apunta, "aunque las letras y los colores de la Nutri-Score pueden ayudar a
comparar rápidamente los productos de una misma categoría, permitiendo a la
gente elegir el mejor desde el punto de vista nutricional, no proporcionan
ninguna indicación sobre el grado de elaboración de los alimentos. Por eso
creemos, de acuerdo con otros investigadores de todo el mundo, que todo sistema
de etiquetado nutricional debería integrar información sobre el nivel de
procesamiento", añade.
Giuseppe Grosso, profesor asociado de la Universidad de
Catania, explica que, "para una estrategia de prevención realmente eficaz,
debemos centrarnos en aquellos alimentos que la Nutri-Score clasifica como saludables desde el punto de vista
nutricional pero que también están altamente procesados".
"Este es el caso, por ejemplo, de algunas bebidas que,
a pesar de tener un contenido reducido de azúcar, siendo así adecuadas a nivel
nutricional, para obtener una letra B en la Nutri-Score, están de hecho altamente procesadas --prosigue--. O
incluso algunos tipos de yogur y postres fríos que son bajos en grasa aunque
contienen una lista completa de aditivos alimentarios".
Por su parte, Giovanni de Gaetano, presidente del IRCCS Neuromed de Pozzilli, destaca que
"un punto débil común a todos los sistemas de etiquetado en la parte
delantera del envase es que aíslan un solo alimento del conjunto de la dieta
especifica".
En su opinión, "para mejorar realmente la nutrición,
deberíamos volver a la antigua lección de la dieta mediterránea, que es un
estilo de vida caracterizado por una sabia elección de los alimentos y la forma
de combinarlos y consumirlos. No es una lista de la compra --precisa, sino que
refleja una historia centenaria que corre el riesgo de desaparecer si
consideramos los alimentos como átomos que no se comunican entre sí".
"También debemos recordar que la dieta de los
mediterráneos se basa principalmente en productos frescos o mínimamente
procesados. Por lo tanto, una estrategia preventiva eficaz debería prestar
atención también al procesamiento industrial que, si es excesivo, representa
una amenaza documentada para nuestra salud", concluye.